Fernandez Ordoñez, ex-gobernador del Banco de España, más conocido como MAFO, interviene en la comisión de investigación sobre la crisis financiera en el . Empieza haciendo un resumen de la crisis. Reconoce el error de haber dejado que se formara la burbuja en primer lugar, reconoce la falta de herramientas en el Banco de España para atajar una crisis como la que sufrimos a partir de 2008, lo cual agrava el hecho de haber dejado que se formara la burbuja. Reconoce que la falta de integración fiscal de la zona euro es muy mala base para la moneda común, que ahora se ve claro que los reguladores debieron actuar de otra forma pero que no vieron venir la gravedad de el problema que se estaba formando. Nada de lo anterior es especialmente original. Seguir leyendo “MAFO en la comisión de investigación sobre la crisis financiera en España… 9 años después”
Categoría: Dinero y crédito
Dinero y crédito son las dos caras de una misma moneda. El dinero moderno ya no está respaldado por oro, como lo estaba hasta 1971, sino en una mera deuda formal.
La producción del Dinero de Ann Pettifor
Ann Pettifor fue una de los economistas que predijo públicamente la crisis en 2006 y como tal, es una de los pocos economistas a los que vale la pena prestar atención, a pesar de que las portadas y titulares de la actualidad económica, en gran medida, siguen destacando las recetas neoliberales y austericidas de aquellos que en por aquel entonces decían que todo iba de maravilla.
En este libro, esta destacada macroeconomista sudafricana afincada en Reino Unido muestra un punto de vista optimista, en el que se percibe la convicción de que el lío en el que estamos tiene remedio, y una pizca de impaciencia sana ante los que no entienden nada, entre los que se encuentra una gran parte de los economistas. Explica de forma simplificada y asequible el funcionamiento del sistema monetario y financiero actual, por qué falló en 2008, por qué ninguna de las soluciones que los bancos centrales están poniendo en marcha va a funcionar y por último, también nos expone su visión de cómo podríamos arreglar el sistema económico para que funcionase a favor de los intereses de la mayoría de la población y de forma sostenible desde un punto de vista ambiental. Seguir leyendo “La producción del Dinero de Ann Pettifor”
Qué puede aprender EEUU de la transición de India hacia una sociedad sin dinero en efectivo
Original publicado en inglés en el Washington Post el 23-01-201
What the U.S. can learn from India’s move toward a cashless society
Silicon Valley se cree el líder mundial en innovación. Sus líderes inflan tecnologías como el bitcoin y la cadena de bloques, que algunos dicen que son las mayores invenciones desde Internet. Son tan complejas que sólo unos pocos matemáticos pueden entenderlas, y requieren enormes recursos informáticos para funcionar, sin embargo, miles de millones de dólares se invierten en ellas. Seguir leyendo “Qué puede aprender EEUU de la transición de India hacia una sociedad sin dinero en efectivo”
La era de la abundancia y sus condicionantes
Como afrontar la desmercantilización de nuestro sistema económico
Estamos en un modelo económico dominado por los productos, ya se trate de productos o servicios, materiales e inmateriales. Su producción nos procura el sustento, su consumo nos es imprescindible para satisfacer nuestras necesidades. Sin embargo, un nuevo fenómeno está empujando al producto a un lugar periférico de nuestro mundo. Se trata de la desmercantilización de nuestra economía. Esta tendencia surge en la cúspide del proceso contrario, el proceso de la mercantilización progresiva de cada dimensión de nuestra vida, el proceso de la financiarización, que sufrió un vuelco en la crisis de 2008. Este texto explora la naturaleza de esta tendencia, cómo nos afecta, qué transformaciones podemos esperar en el futuro y para definir algunas estrategias de acción política. Seguir leyendo “La era de la abundancia y sus condicionantes”
Transición energética financiada con moneda social
El 13 de julio de 2016 el ayuntamiento de Barcelona hizo pública una medida de gobierno que consiste en crear un operador energético en la ciudad con el objetivo de acelerar la transición energética, facilitar el autoconsumo y ofrecer acceso a los ciudadanos a las rentas resultantes del negocio eléctrico, así como abordar objetivos de justicia económica como acabar con la pobreza energética. Seguir leyendo “Transición energética financiada con moneda social”
Un euro-dacma y Barcelona en Comú
En una entrevista privada con otros financieros internacionales y según una fuente anónima de Bloomberg, Wolfgang Schäuble, ministro de finanzas alemán, reconoce sin apoyar la posibilidad de creación de una moneda complementaria al euro en Grecia.
La idea no es nueva en absoluto y hay todo un movimiento de iniciativas activistas creando monedas complementarias en diversos lugares del mundo. El documental “Monedas de cambio” lo ilustra. Seguir leyendo “Un euro-dacma y Barcelona en Comú”
El fin de la "independencia" del Banco central está cerca en Canadá gracias a una sentencia judicial
El Banco Central de Canadá podría recuperar su capacidad de emitir y entregar dinero al Estado sin la banca privada como intermediaria: un revolucionario caso judicial.
En mi última intervención relataba cómo el parlamento británico discutía, en un debate único, las ramificaciones políticas del sistema monetario. Un sistema monetario que, en todo el mundo, se basa en la capacidad de la banca de crear la mayor parte del dinero en circulación mediante la concesión de créditos en un sistema de reserva fraccionaria. En este artículo resumo un caso judicial referido a la capacidad de los bancos de financiar a los Estados.
Según el artículo publicado por Tercera Información, tres jueces han fallado a favor del caso judicial de COMER (Comité para la reforma económica y monetaria) contra el Banco de Canadá. Seguir leyendo “El fin de la "independencia" del Banco central está cerca en Canadá gracias a una sentencia judicial”
El Parlamento británico descalifica a los bancos como creadores monetarios y discute quién debería crear el dinero
En un debate del parlamento británico el pasado 20 de noviembre se abren nuevas vías a formas de creación monetaria no ortodoxas y se critica con dureza el papel de los bancos como creadores de dinero.
El debate titulado Creación Monetaria y Sociedad fue un debate histórico que debería replicarse en todos los países, pues se pusieron de manifiesto una buena parte de los aspectos políticos asociados a la creación monetaria y al sistema financiero. La creación del dinero, recordemos, en la actualidad está en manos en los bancos comerciales principalmente, que crean dinero bancario, la mayor parte del dinero que existe en manos del público.
Tal como muy bien resumía la Secretaria Económica del Tesoro, Andrea Leadsom, este fascinante debate se celebraba para considerar si, en lugar de arreglar el sistema actual, no sería mejor tirarlo a la basura y empezar de cero. Que el parlamento de un país tan conservador como el Reino Unido se plantee siquiera algo así, nos da la idea correcta respecto a lo oportuno de revisar en profundidad del modelo bancario actual. Como dijo otro ocurrente diputado, no tiene sentido discutir aspectos casi de tipo feng shui del mobiliario de la reforma [bancaria] cuando hay cuestiones esenciales que resolver respecto a los mismísimos cimientos del sistema.
La mayoría de los aspectos políticos esenciales que conlleva la creación monetaria han quedado de manifiesto en este debate. Me referiré más tarde a los que estuvieron ausentes. La cámara británica mostro bastante consenso en el diagnóstico del problema. Algunos diputados incluso utilizaron los formalismos apropiados para tratar a compañeros de partido para dirigirse a la oposición, de tan en acuerdo como estaban. Donde hubo posturas diferentes fue en las soluciones propuestas, ya que los conservadores proponían una solución basada en la liberalización del sector mientras que los laboristas proponían la solución contraria: que solo el Estado tuviera capacidad de crear dinero o que, si los bancos mantuviesen la capacidad de crear dinero que tienen ahora, fuesen tasados con una tasa de señoreaje por disfrutar de esa capacidad.
Respaldo a la visión de que son los bancos quienes crean el dinero
En esencia, la cuestión es que el sistema monetario actual está basado en gran medida en el sistema financiero. El diputado conservador Steve Baker iniciaba la exposición parafraseando a J.K. Galbraith sin citarlo: “el proceso [por el cual se crea el dinero] es tan simple que repele a la mente”. El sistema bancario, compuesto por unos bancos que siguen el modelo de reserva fraccionaria, crea el dinero bancario, la mayor parte del dinero en circulación. Lo hacen sobre todo al dar préstamos (aunque también pueden crear dinero de otras maneras). La ley bancaria de 1844 prohibió en el Reino Unido la creación de billetes por parte de los bancos comerciales con el ánimo de reducir la inversión especulativa y arriesgada que en aquel momento se observaba (la historia no deja de repetirse), pero esa ley no fue capaz de reconocer que los depósitos bancarios funcionaban igual que los billetes, así que falló en su propósito de prohibir la creación monetaria de dinero bancario. Después de una larga campaña de la organización Positive Money para probarlo, organización que fue mencionada en varios momentos del debate, con actividades como la publicación del libro “Where does Money Come From?” y la recopilación de testimonios en su web, el Banco de Inglaterra recientemente publicó un artículo (2) en el que se reconocía esta realidad, largamente eludida: los bancos son los que crean la mayor parte del dinero en circulación. Ahora, este debate parlamentario confirma esta realidad, que ni un solo diputado negó.
Llamada clara a una reforma monetaria en profundidad
La crisis financiera de 2008 ha revelado muy importantes grietas en el sector financiero, en los mecanismos mediante los cuales el crédito es canalizado. Si unimos el hecho de que los bancos han asignado mal los recursos en la otorgación del crédito y que al hacerlo además, estaban creando dinero, resulta que la crisis financiera no es otra cosa que una crisis monetaria (3). Lo cual debe llevarnos, no a una reforma del sistema financiero, sino a un replanteamiento del mismo en sus cimientos, y a cuestionar si tiene sentido que sistema bancario tenga la capacidad de crear dinero, en vista de cómo ha utilizado esa capacidad en el pasado. El principal ponente del debate, el conservador Steve Baker, dijo explícitamente
Afortunadamente la institución del dinero es una institución humana y social que cambia, ha cambiado mucho en el siglo XX y creo que debería cambiar más.
en otro momento del debate hizo alusiones a dichos cambios, por ejemplo, el abandono del patrón oro en 1971. Michael Meacher, diputado laborista, dijo:
estoy de acuerdo en que necesitamos un cambio estructural mucho más amplio. No es una cuestión de retocar alguna cosa aquí y allá. La cuestión central de este debate es quién debería crear el dinero. ¿Hubiera el Parlamento jamás votado delegar el poder de crear dinero a los mismos bancos que causaron esta horrenda crisis financiera que el mundo sigue sufriendo? Yo creo que la respuesta sin duda es no.
Fallas del sistema bancario como creador de dinero
Algunas disfunciones del sistema bancario fueron mencionadas, como que el sistema bancario no es un sistema de libre mercado, como aparenta ser, sino “el más odioso lío corporativo”. El sistema monetario distorsiona el sistema de señales que supone el sistema de precios y por lo tanto altera la información sobre los deseos de la gente y los recursos disponibles. Los efectos distributivos del sistema monetario también fueron mencionados sin escatimar detalles. El conservador explicó que, “si los bancos son los que crean el dinero, no es de extrañar que sean los más ricos”. Se aludió a un estudio sobre los efectos distributivos de la flexibilización cuantitativa y se concluyó que, a pesar de que el público en general estaba mejor que si no hubiese existido, también había servido para inflar los precios de los activos de la gente más rica y más mayor. Según el banco central el 40% de los activos cuyo precio ha sido inflado están en manos del 5% de los hogares, siendo el 80% de esas personas mayores de 45 años (4).
La ineficiente asignación de los recursos también fue criticada por todos los partidos como poco adecuada a los intereses de la población en general, ya que los bancos usan la capacidad de crear dinero en su propio interés: con solo el 8% del crédito dedicado a financiar empresas productivas y otro 8% a crédito al consumo, el crédito restante fue destinado a la compra de activos, en muchas ocasiones en operaciones especulativas. Todo ese crédito destinado al sector inmobiliario solo ha servido para encarecer la vivienda y por lo tanto el coste de la vida y no para crear riqueza. Ha sido incluso mencionado en varias ocasiones que, si el dinero de la flexibilización cuantitativa no ha estado bien empleado aportándoselo a sistema bancario, quizá sería más interesante dárselo directamente a la gente (lo cual, aunque no se haya mencionado explícitamente en el debate, abre la posibilidad de un sistema monetario y financiero donde el nuevo dinero se inyecta directamente a la ciudadanía, muy compatible con los modelos de renta básica), o a proyectos de energías renovables y vivienda. Este concepto de dar directamente el dinero a la gente, ha sido ilustrado en ocasiones del debate con la conocida metáfora del dinero lanzado desde un helicóptero que hizo popular Milton Friedman (5).
Incluso un diputado conservador que defendía el sistema bancario tal como es (Peter Lilley), hacía referencia a la inherente inestabilidad de los bancos por su funcionamiento basado en el modelo de reserva fraccionaria. Se dan dos circunstancias para que esto sea así: 1. La propensión del sistema bancario a concentrarse y a crear entidades demasiado grandes para caer, y 2. El hecho de que dejar caer una de esas entidades llevaría a todos los depositantes de otros bancos también a dudar de su fiabilidad y a retirar sus depósitos, con la consecuente quiebra del sistema financiero debida al pánico bancario. Esto jamás ha sido entendido adecuadamente por los reguladores. Lo cual llevó a debatir esta cuestión del “riesgo moral” que, según algunos diputados, resulta en unas entidades imposibles de regular, ya que la obligación de rescatarlas por parte del Estado, resulta en la total impunidad sobre su comportamiento, a efectos prácticos. Igual de graves son las acusaciones que Steve Baker mencionó citando al economista español Huerta de Soto, según las cuales la creación monetaria por parte de los bancos es no solo un fraude sino la causante del ciclo económico.
Propuestas
El conservador Steve Baker, principal ponente del debate, ha pedido tres cosas: seguir con la flexibilización cuantitativa para probar la falsedad de los principios que sustentan el sistema. Básicamente vino a plantear que cuanto peor, mejor, y que hasta que el sistema no caiga del todo no se podrá probar la falsedad de las ideas en las que se sustenta. En segundo lugar, para el momento en que el sistema se autodestruya, habrá que tener alguna alternativa, por lo que ha defendido la experimentación con nuevos modelos monetarios, como bitcoin (aunque no lo ha mencionado, hay otros modelos alternativos monetarios de carácter más social como el WIR suizo, o el banco sin intereses JAK en Suecia o los sistemas basados en compensación de pagos con crédito mutuo, etc…). Y por último, ha propuesto que Reino Unido se convierta en un centro mundial de innovación monetaria.
El laborista Michael Meacher ha pedido que se ponga en marcha un sistema que defendió Adair Turner, el presidente de la FSA (la autoridad regulatoria de los servicios financieros) que se ha venido a llamar Dinero soberano (4) en el que el único creador de dinero es el Estado y los bancos deben mantener una reserva del 100% de los depósitos. Esta propuesta también incluye la posibilidad de restringir el crédito (otorgado con el nuevo dinero creado por el banco central) solo a la economía productiva. La posibilidad dirigir de forma centralizada las finanzas, que ha tenido muy buenos resultados en los países asiáticos, también fue mencionada pero no está incluida en la propuesta. Otro laborista, Austin Mitchell, también habló de la importancia de la función crediticia, y sobre todo de su aspecto social, acabó sin embargo con la decepcionante y simple propuesta de que se tasará a los bancos por llevarla a cabo, como una fuente de señoreaje para el Estado.
Meacher también pidió la creación de una comisión monetaria para evaluar pros y contras de cambiar el sistema de reserva fraccionaria por un sistema de reserva total. Varios diputados reconocieron su ignorancia respecto al funcionamiento del sistema monetario y su incapacidad de tomar las decisiones adecuadas para el país en esas condiciones y por ello apoyaron la propuesta.
Por último, la secretaria económica del tesoro ha mencionado las medidas que su gobierno está poniendo en marcha para reparar el sistema actual. Se ha opuesto a la creación de una comisión monetaria (alegando que hay muchas comisiones en marcha sobre ese tema) y ha asegurado que, en lugar de una comisión, el subgobernador del Banco de Inglaterra, Andy Haldane, tendrá el encargo de investigar posibles alternativas al sistema monetario actual:
Necesitamos continuar abordando la innovación, tanto en el “software” de los medios de pago, como en el “hardware” de nuevos sistemas monetarios, como las cripto-monedas (bitcoin y otros derivados de su código) y monedas digitales, pero debemos hacerlo con precaución. En noviembre hicimos una llamada a nuevas informaciones, invitando nuevas visiones y pruebas de los beneficios y riesgos de monedas digitales, de forma que estas monedas digitales puedan esperar poder establecerse en el Reino Unido y la gente pueda esperar utilizarlas con seguridad.
Algunos otros temas muy interesantes fueron mencionados, como la posibilidad de limitar las rentas de la propiedad, etc., y por eso invito a los lectores a leer el debate completo o seguirlo por vídeo (1), la traducción al castellano estará disponible en algún momento (7). La variedad de los temas y la profundidad en su tratamiento lo merece, sin embargo, me gustaría ahora mencionar todo lo que podría haber sido tratado en este debate y no lo fue.
Lo que no se dijo
En primer lugar, la deuda. No se entró suficientemente en detalles respecto al impacto del diseño del sistema monetario y financiero actual como mecanismo de creación de una deuda impagable para la sociedad. Y es que, crear dinero dando créditos significa que por cada euro o libra o dólar creado, hay una deuda mayor (el principal y los intereses del crédito), lo cual nos lleva a una situación en que la deuda, por diseño y de forma inexorable, es siempre mayor que el dinero disponible para pagarla. Por poner solo un ejemplo, el segundo trimestre del 2012 en EEUU según datos de la FED, la deuda era de algo más de 50 mil millones, mientras que el dinero en circulación (M2) era de algo más de 9 mil millones de dólares.
En segundo lugar, la vinculación entre el sistema financiero y el medioambiente fue mencionada por un diputado, pero sin entrar en detalles. Se perdió así una ocasión impagable para poner de manifiesto que ese mecanismo de deuda-trampa o deuda impagable, nos lleva a un imperativo de crecimiento económico permanente, pues como hemos visto, dependemos de nueva creación monetaria para pagar las deudas pasadas y como el nuevo dinero viene de los préstamos bancarios sobre todo, necesitamos crecimiento económico constante, que es el requisito principal para que los bancos otorguen créditos. El sistema monetario actual es estructuralmente insostenible. Aquí es importante mencionar que eliminar el imperativo de crecimiento económico no significa no crecer, necesariamente, solo significa que podemos crecer cuando sea oportuno y no hacerlo cuando no lo sea; significa no forzar el crecimiento de forma artificial con obsolescencia programada ni fomentando la cultura del consumismo.
Otra cosa que allí no se trató, porque en Reino Unido no tiene sentido pero en la Zona Euro sí, es qué sentido tiene el que el Estado pague un diferencial de interés a los bancos por financiarse, supuestamente porque el banco soporta el riesgo de financiar al Estado, cuando la banca está siendo rescatada por el Estado, lo que demuestra que el Estado es quien está asumiendo el riesgo de los bancos en la práctica. El Estado no puede pagar el riesgo de su propia financiación a un sector que ha sido avalado y rescatado por el propio Estado, es absurdo. Y mucho menos cuando la situación de concentración en el sector bancario no ha hecho sino avanzar, lo que resulta en un riesgo moral multiplicado y creciente que obliga aún más al Estado a responder ante cualquier quiebra bancaria.
Tampoco se profundizó lo suficiente en las funciones del crédito, y su diferencia con respecto a las funciones del dinero, que J.A. Schumpeter distinguía perfectamente en su teoría crediticia del dinero. Tampoco se hizo mención a la función social del crédito, que este mismo autor esbozó con su propuesta de que la banca fuese una especie de “contable social”.
Por último, hay otras grandes implicaciones a nivel de teoría económica de todo lo tratado en este debate que no han sido ni mencionadas. Ese principio ortodoxo que dice que hay que generar ahorro para poder invertir necesita revisión urgente. Este debate ha revelado el sistema financiero en su verdadera dimensión de creador monetario. Esto significa que cuando hace falta, el dinero se crea sin más. Para posibilitar el consumo y la inversión los bancos dan créditos y crean los depósitos. Estos depósitos, aunque no son ahorro, podrían ser denominados “ahorro potencial” porque puede llegar a ser ahorro. Una vez el dinero es creado y se usa para pagar aquello que el prestatario deseaba financiar, el dinero estará en el circuito económico, sirviendo para realizar transacciones o depositado en algún punto del sistema bancario como ahorro. Tanto ahorro como inversión nacen a la vez, en el sistema actual, y se igualan por definición si tomamos el sistema bancario en su conjunto. Por lo tanto la idea de que es necesario generar ahorro ha perdido su sentido original. Y si eso no tiene sentido, la idea misma de premiar el ahorro con un tipo de interés tampoco tiene mucho sentido. Yo considero que esto es un avance para la humanidad, un avance que está en malas manos y ha sido mal utilizado, pero un gran avance. Las propuestas que hemos escuchado en este debate son propuestas encaminadas a volver a ese pasado en el que podíamos invertir sólo en la medida en que teníamos oro (o cualquier cosa comparable) guardado en una caja fuerte, o podíamos pagar para que alguien nos lo prestara. Sin duda, esta no es la única opción y esperemos que la investigación monetaria heterodoxa encargada a Andy Haldane lo ponga de manifiesto. Democratizar y descentralizar el poder del crédito es posible. Yo lo llamo soberanía financiera ciudadana.
Este es el primer debate parlamentario sobre el sistema monetario en mucho tiempo, esperemos que haya muchos más y que en nuestro país empiece a haberlos muy pronto.
(1) Publicado desde la página 21 a la 38 de este pdf que recoge la transcripción del debate: http://www.publications.parliament.uk/pa/cm201415/cmhansrd/chan64.pdf. El vídeo del debate disponible aquí: https://www.youtube.com/watch?v=EBSlSUIT-KM
(2) “La creación monetaria en la economía moderna” en el boletín del Banco de Inglaterra de Abril 2014: http://www.bankofengland.co.uk/publications/Documents/quarterlybulletin/2014/qb14q101.pdf
(3) Esto mismo lo reflejé en mi artículo titulado ¿Crisis financiera o crisis monetaria? en agosto de 2013: https://soberaniafinanciera.org/?p=274
(4) The Distributional Effects of Asset Purchases. Bank of England, 12 July 2012: http://www.bankofengland.co.uk/publications/Documents/news/2012/nr073.pdf
(5) Ver una explicación en la página 13 de este documento de Antonio Argandoña: http://www.iese.edu/research/pdfs/DI-0193.pdf
(6) Propuesta de Adair Turner, presidente de la FSA (el órgano regulador financiero en Reino Unido) en este discurso: http://www.fsa.gov.uk/static/pubs/speeches/0206-at.pdf
(7) Aquí pondremos el enlace a la traducción cuando esté.
El Banco de Inglaterra lo admite: el dinero es solo un reconocimiento de deuda y los bancos se están forrando.
“La verdad al descubierto: el dinero es sólo un reconocimiento de deuda y los bancos se están forrando. La honestidad del Banco de Inglaterra lanza por la ventana las bases teóricas de la austeridad.” Así comienza un artículo de David Graeber publicado hoy, 18 de marzo de 2014, en el periódico británico The Guardian, en el que se comenta el artículo publicado por el Banco de Inglaterra titulado: La creación monetaria en la economía moderna. El artículo del Banco Central se resume en tres puntos que lo encabezan y son:
- En este artículo se explica cómo la mayor parte del dinero en la economía moderna se crea por parte de los bancos comerciales al otorgar préstamos.
- La creación de dinero en la práctica difiere de algunas falsas ideas muy extendidas – Los bancos no actúan simplemente como intermediarios, prestando los depósitos que los ahorradores colocan en ellos, ni tampoco “multiplican” el dinero del banco central para crear nuevos préstamos y depósitos.
- La cantidad de dinero creado de la economía depende en última instancia de la política monetaria del Banco Central. En tiempos normales, esto se lleva a cabo mediante el establecimiento de las tasas de interés. El Banco Central puede también afectan la cantidad de dinero directamente a través de la compra de activos o “flexibilización cuantitativa”.
Igual que en mi ultimo artículo, no estamos ante nada nuevo. Numerosos pensadores independientes como la recién fallecida Margrit Kennedy, Bernard Lietaer, Ellen Brown o Thomas Greco llevan décadas denunciándolo. En general, cualquier persona involucrada en el campo de las monedas sociales o complementarias lo tiene meridiánamente claro. Además, recientemente otras voces bastante poco “alternativas” lo han señalado también, como los economistas del FMI Michael Kumhof y Jaromir Benes en su El Plan Chicago revisado de 2012 y 2013.
La novedad es que lo admita el Banco de Inglaterra. El articulista del comentario en The Guardian, el antropólogo David Graeber, autor del interesantísimo libro “La deuda, los primeros 5.000 años“, se pregunta y él mismo se contesta:
¿Por qué el Banco de Inglaterra de pronto admite todo esto? Bien, una razón posible es que es obviamente cierto. El trabajo del Banco es gestionar el sistema, y en los últimos tiempos, el sistema no ha estado funcionando especialmente bien. Es posible que se decidiera que mantener la fantasiosa versión de la teoría económica oficial, que ha demostrado ser muy conveniente para los ricos, es simplemente un lujo que ya no puede permitirse.
Probablemente David Graeber se queda corto al valorar las consecuentas de esta admisión. Esto no solo lanza por la ventana la base teórica de las políticas de austeridad, sino los mismos pilares fundacionales de los modelos económicos actuales, como la neutralidad del dinero, o incluso su misma naturaleza, pues la consideración de que el dinero es una mercancía es lo que justifica que se trafique en un mercado. No olvidemos que el interés, en la teoría económica actual, se asienta sobre la preferencia temporal del dinero hoy frente al dinero en el futuro, una justificación ligada completamente a la supuesta escasez del dinero, por su calidad de mercancía. El hecho de que la verdadera naturaleza del dinero en la actualidad sea un reconocimiento de deuda significa que la asignación del crédito con el que se crea el dinero puede ser un mecanismo suficiente de asignación de recursos y los mercados de capitales no tienen razón de ser.
Dentro de nada, con un poco de suerte, alguien en alguna de estas importantes instituciones hará una sencilla operación aritmética y se dará cuenta de lo que significa que la mayor parte del dinero en la economía se cree como un préstamo con interés: entonces se reconocerá oficialmente que esta forma de creación monetaria, el crédito con interés, es el verdadero motor que impone el crecimiento económico y causa las crisis financieras cuando el crecimiento no llega.
Francisco González en Financial Times: "el monopolio de la banca ha muerto"
En un artículo publicado en el Financial Times el 3 de diciembre pasado titulado “Los bancos necesitan incorporar a Amazon o Google, o morirán”, el Consejero delegado del BBVA, Francisco González, admite abiertamente que “el monopolio de los bancos ha terminado” y que empresas tecnológicas como Google o Amazon están hoy en mucho mejor posición para abordar los retos de futuro de la banca. El directivo de BBVA añade que el sector financiero, con una infraestructura tecnológica construida en los años 60 y 70 repetidamente parcheada, y una cultura poco afín a la de Internet, está lastrado para afrontar este reto.
Nada de todo esto es noticia. De hecho, se podrían mencionar otros retos que está viviendo la banca tradicional como la competencia creciente que les está llegando de las entidades crediticias P2P (créditos de particular a particular, como por ejemplo la española comunitae.com). O las monedas complementarias y alternativas, de las cuales el Bitcoin es la más famosa, pero sin duda no la única ni la más importante. La gran noticia es que Francisco González lo declare en la columna de opinión de The Financial Times.
¿Qué significa esta declaración? Es probable que el artículo sea un guiño a los gigantes de Internet para aproximarse a los gigantes financieros y tratar de provocar la fusión entre ambos. De ahí el hincapié de Francisco González en los seis años que BBVA ha invertido en modernizar sus infraestructuras tecnológicas. Pero desde un punto de vista estratégico, esa posible fusión tiene mucho más sentido para la banca que para las empresas tecnológicas pues, si el monopolio de la banca ha caído ¿para qué necesitan las tecnológicas a la banca? Allí donde la banca tiene su valor diferencial, su red de oficinas, es en los mercados maduros de los países desarrollados, mercados con poco potencial de crecimiento. Las posibilidades de crecer están en los países emergentes, y en esos países el crecimiento se está produciendo sobre todo a través de los canales de banca móvil. Nada impide a las tecnológicas, acompañadas quizá de las operadoras de telecomunicaciones, copar esos mercados desplegando sus modernos sistemas de interacción online y de banca móvil, ahogando así las opciones de crecimiento de la banca tradicional que se vería así abocada a una inexorable caída.
Resulta llamativo leer a Francisco González exponiendo el gran potencial de la banca convencional de ofrecer datos sobre los hábitos de compra de los usuarios a empresas como Amazon y Google, empresas que saben todo, y cuando digo todo es todo, de sus usuarios y clientes. Con los sistemas de análisis de grandes cantidades de datos, lo que se denomina Big data, y una interacción con el cliente cada vez más multicanal en la que internet esté presente, ese tipo de información es ya una realidad al alcance de muchas empresas, que nadie está buscando precisamente en los bancos.
Este incierto futuro del sector financiero encaja con las declaraciones de la troika de hace apenas una semana. En su reciente visita a España, los hombres de negro manifestaban su preocupación por la falta de rentabilidad de la banca, y animaban a las instituciones financieras españolas a salir al exterior. Lo que ocurre es que en el exterior se encontrarán con el panorama que he descrito antes.
Por lo tanto, estamos frente a un sector financiero que es todopoderoso hoy pero consciente de lo efímero de su hegemonía. Como un rey con el ejército enemigo a las puertas de la muralla, está buscando salidas o incluso buenas condiciones para la rendición, pero no va a vender barato su pellejo y va a ejercer su poder hasta el final, usando al gobierno para liquidar el país, pronto no quedará más que lo que esté atornillado al suelo, tal como ilustraba hace poco Simona Levi, en su exhortación para unirse en una propuesta ciudadana de mínimos que se ha denominado Partido x. Como ya he comentado, hace tan solo un par de semanas el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, admitía abiertamente lo que todos sabíamos pero su gobierno había estado negando hasta ahora: que los rescates del sector financiero los íbamos a pagar, en su momento, los contribuyentes con cargo a los presupuestos generales del estado, pues “ningún país puede vivir sin un sector financiero”. Resulta lamentable la abierta rendición de nuestros políticos a un poder que, no solo no representa la soberanía popular, sino que además es un poder sin futuro.
El poder financiero tiene un activo ilegítimo en su posición de domino actual. Tiene la protección declarada del poder político, que aprovecha una estructura política originalmente diseñada para distribuir la renta de arriba abajo, para hacer una redistribución de la renta en el sentido contrario y pagar así rescates e intereses de la deuda cada vez mayores a los bancos con cargo a las cuentas públicas y aplicar una política impositiva cada vez menos progresiva. En una sociedad un poco más democrática que la actual estarían corriendo ríos de tinta en la Academia y en los medios de comunicación, no habría nada de mayor actualidad política y económica que encontrar alternativas a este sector financiero (que es la parte fundamental del sistema monetario) sin el que no podemos vivir pero que tiene a la sociedad en una situación de secuestro. Ni siquiera hay que tener mucha inventiva, aunque solo fuese eso, podrían escuchar a Francisco González, que lo dice bien claro: el futuro de la banca es tecnológico. Pero no tiene por qué ser lo que Francisco González espera.
La sociedad civil puede quedarse presenciando el negocio, la venta ordenada de esa posición de privilegio y dominio que detenta el poder financiero, o un traslado de ese activo ilegítimo a nuevos y más competentes dueños: las empresas tecnológicas. O también puede prepararse para tomar cartas en el asunto y aprovechar que ya es oficial porque Francisco González lo ha dicho: el monopolio de la banca ha muerto.
Quizá es el momento de que la ciudadanía empiece a entender de dónde sale ese inmenso poder que doblega a los poderes políticos y comprenda cómo adquirir esta parte de la soberanía que claramente no está en el pueblo, pues esa soberanía ahora está a disposición del mejor postor.