REC Barcelona, a citizen currency for the transtion

The REC Barcelona project has launched a citizen’s currency in the city of Barcelona. The results of the period in which it has been operating with funding from the European Union (80%) and the Barcelona City Council (20%) have just been published. This period has been a total of 13 months: from the beginning of October 2018 to the end of October 2019. The report can be found in different languages, in the links at the beginning of the references, at the end of this document. My involvement in it has been total until mid-November 2019 when I started a new project, and since the funding was obtained (October 2016), but its gestation began much earlier, approximately at the beginning of 2015.

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El REC, una moneda ciudadana para la transición

El proyecto REC Barcelona ha puesto en funcionamiento una moneda ciudadana en la ciudad de Barcelona. Se acaban de publicar los resultados del periodo en que ha sido lanzado y ha estado funcionando con financiación de la Unión europea (80%) y del Ayuntamiento de Barcelona (20%), que ha sido un total de 13 meses: desde primeros de octubre 2018 a finales de octubre 2019. El informe puede encontrarse en distintos idiomas, en los enlaces que figuran al inicio de las referencias, al final de este documento. Mi involucración en el mismo ha sido total hasta mediados de noviembre de 2019 que empecé un nuevo proyecto, y desde que se consiguiera la financiación (octubre 2016), pero su gestación empezó mucho antes, aproximadamente a principios de 2015. Seguir leyendo “El REC, una moneda ciudadana para la transición”

MAFO en la comisión de investigación sobre la crisis financiera en España… 9 años después

Fernandez Ordoñez, ex-gobernador del Banco de España, más conocido como MAFO, interviene en la comisión de investigación sobre la crisis financiera en el . Empieza haciendo un resumen de la crisis. Reconoce el error de haber dejado que se formara la burbuja en primer lugar, reconoce la falta de herramientas en el Banco de España para atajar una crisis como la que sufrimos a partir de 2008, lo cual agrava el hecho de haber dejado que se formara la burbuja. Reconoce que la falta de integración fiscal de la zona euro es muy mala base para la moneda común, que ahora se ve claro que los reguladores debieron actuar de otra forma pero que no vieron venir la gravedad de el problema que se estaba formando. Nada de lo anterior es especialmente original. Seguir leyendo “MAFO en la comisión de investigación sobre la crisis financiera en España… 9 años después”

La producción del Dinero de Ann Pettifor

La producción del dinero
 Reseña

Ann Pettifor fue una de los economistas que predijo públicamente la crisis en 2006 y como tal, es una de los pocos economistas a los que vale la pena prestar atención, a pesar de que las portadas y titulares de la actualidad económica, en gran medida, siguen destacando las recetas neoliberales y austericidas de aquellos que en por aquel entonces decían que todo iba de maravilla.
En este libro, esta destacada macroeconomista sudafricana afincada en Reino Unido muestra un punto de vista optimista, en el que se percibe la convicción de que el lío en el que estamos tiene remedio, y una pizca de impaciencia sana ante los que no entienden nada, entre los que se encuentra una gran parte de los economistas. Explica de forma simplificada y asequible el funcionamiento del sistema monetario y financiero actual, por qué falló en 2008, por qué ninguna de las soluciones que los bancos centrales están poniendo en marcha va a funcionar y por último, también nos expone su visión de cómo podríamos arreglar el sistema económico para que funcionase a favor de los intereses de la mayoría de la población y de forma sostenible desde un punto de vista ambiental. Seguir leyendo “La producción del Dinero de Ann Pettifor”

La era de la abundancia y sus condicionantes

Como afrontar la desmercantilización de nuestro sistema económico

Estamos en un modelo económico dominado por los productos, ya se trate de productos o servicios, materiales e inmateriales. Su producción nos procura el sustento, su consumo nos es imprescindible para satisfacer nuestras necesidades. Sin embargo, un nuevo fenómeno está empujando al producto a un lugar periférico de nuestro mundo. Se trata de la desmercantilización de nuestra economía. Esta tendencia surge en la cúspide del proceso contrario, el proceso de la mercantilización progresiva de cada dimensión de nuestra vida, el proceso de la financiarización, que sufrió un vuelco en la crisis de 2008. Este texto explora la naturaleza de esta tendencia, cómo nos afecta, qué transformaciones podemos esperar en el futuro y para definir algunas estrategias de acción política. Seguir leyendo “La era de la abundancia y sus condicionantes”

Un euro-dacma y Barcelona en Comú

En una entrevista privada con otros financieros internacionales y según una fuente anónima de Bloomberg, Wolfgang Schäuble, ministro de finanzas alemán, reconoce sin apoyar la posibilidad de creación de una moneda complementaria al euro en Grecia.
La idea no es nueva en absoluto y hay todo un movimiento de iniciativas activistas creando monedas complementarias en diversos lugares del mundo. El documental “Monedas de cambio” lo ilustra. Seguir leyendo “Un euro-dacma y Barcelona en Comú”

El fin de la "independencia" del Banco central está cerca en Canadá gracias a una sentencia judicial

El Banco Central de Canadá podría recuperar su capacidad de emitir y entregar dinero al Estado sin la banca privada como intermediaria: un revolucionario caso judicial.

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En mi última intervención relataba cómo el parlamento británico discutía, en un debate único, las ramificaciones políticas del sistema monetario. Un sistema monetario que, en todo el mundo, se basa en la capacidad de la banca de crear la mayor parte del dinero en circulación mediante la concesión de créditos en un sistema de reserva fraccionaria. En este artículo resumo un caso judicial referido a la capacidad de los bancos de financiar a los Estados.
Según el artículo publicado por Tercera Información, tres jueces han fallado a favor del caso judicial de COMER (Comité para la reforma económica y monetaria) contra el Banco de Canadá. Seguir leyendo “El fin de la "independencia" del Banco central está cerca en Canadá gracias a una sentencia judicial”

La obligación de competir por el capital

La defunción de Emilio Botín el mes pasado causó toda una serie de reacciones de todo signo. Junto con las serviles alabanzas de gran parte de instituciones públicas y grandes medios de comunicación, también se emitieron programas mucho más analíticos e interesantes. En concreto, me refiero a esta entrega del programa Fort Apache, en el que se habló de la banca y qué hacer con ella.

En primer lugar, hay que dar la bienvenida a este tipo de debates, tan escasos como necesarios. En este programa, incluso se mencionó el papel de los bancos como verdaderos creadores de dinero, algo que raramente se toca. Este debate público es paso obligado para que el debate político tenga lugar. Un ejemplo de ello es el Reino Unido, donde se acaba de anunciar la discusión en el parlamento sobre el proceso de creación monetaria, en este debate está previsto revisar la ley que prohibía crear dinero a los bancos (la ley de 1840 prohíbe a los bancos la creación de billetes) y discutir si no sería oportuno prohibirles crear dinero digital, que es lo que hacen en la actualidad. El debate, previsto para el próximo día 20 de noviembre promete ser interesante.
Y es que el modelo monetario y financiero es claramente un asunto político.
 
Soluciones a la banca de hoy
En el debate televisivo que he mencionado se hizo bien en señalar que la banca tiene apoyos públicos sin los cuales estaría quebrada de forma fulminante.  Mucha razón tiene Carlos Sánchez Mato al proclamar que se retiren los apoyos públicos a la banca en manos privadas.
La otra opción sería nacionalizar la banca, poniendo en valor esos apoyos públicos otorgados, sin los cuales no podría sobrevivir, para procurar un mayor control político del crédito y de la gestión de las entidades rescatadas. Ni que decir tiene que cualquier empresa privada que hubiera inyectado tal cantidad de recursos en un sector, sería dueña y señora de ese sector. Por una dejación de funciones en la representación del bien común, nuestros representantes políticos no han ejercido esa baza de poder tras usar el dinero de los ciudadanos para salvar el sector financiero.
En la cuestión de qué hacer con la banca que tenemos hoy, estas dos posibilidades son las que están encima de la mesa: retirar el apoyo público al sector financiero o nacionalizar la banca, o alguna de sus variantes intermedias, pues el apoyo público a la banca también puede traducirse en una determinada condicionalidad: limitar sueldos de los consejeros, imponer cuotas de crédito para distintas sectores productivos, etc. Es curioso que la Troika imponga al gobierno condicionalidad para darle rescates y sin embargo el gobierno no traslade esa condicionalidad a los bancos, en quienes ha enterrado ese rescate y las sustanciosas ayudas y avales adicionales que disfruta.
Pero también es importante señalar que no solo debe preocuparnos la banca que tenemos hoy, sino la que podemos y debemos tener en un futuro. Y este aspecto estuvo fuera del debate mencionado, aunque fue vagamente enunciado con una intervención que quedó sin respuesta. El Sr. Altozano, que en el debate hacía el papel de defensor del sistema financiero actual, aún exhibiendo un profundo desconocimiento de los mecanismos de creación monetaria, planteó algo que es muy real: la exigencia de que los países compitan por el capital; y preguntó como lo harían los demás ponentes, si estuvieran en una posición de gobierno (minuto 41).
Las dos opciones políticas de corto plazo para la banca que acabamos de mencionar no rozan ni de lejos esta cuestión, ni afrontan los problemas estructurales del sistema monetario y financiero actual.
 
El sistema financiero del futuro
Respecto a la posible solución de nacionalizar la banca, es importante señalar que el sector financiero actual tiene características que lo hacen sistémicamente insostenible: La tendencia a la concentración, la propensión a las crisis financieras recurrentes con una celeridad cada vez mayor, o la incapacidad de los bancos centrales para estimularlo de forma efectiva, ya sea por la vía de la política monetaria ordinaria o la flexibilización cuantitativa son algunas características que no parece que vayan a ser diferentes por el mero hecho de que la banca sea de titularidad pública. Si sigue habiendo entidades demasiado grandes para caer ¿cómo hacer que la impunidad de los banqueros no se convierta en la impunidad de los políticos al frente de su gestión? El ejemplo de lo ocurrido con los políticos en los consejos de las cajas de ahorro no es un precedente muy halagüeño al respecto.  Posiblemente la nacionalización, o ejercer una condicionalidad dura con el sector financiero, sean medidas necesarias en el corto plazo, pero la posibilidad de que esto suponga una solución a largo plazo es mínima. No hay ninguna medida regulatoria que nos vaya a sacar de un modelo monetario y financiero excesivamente concentrado y propenso a las crisis, puesto que el modelo, de por sí, tiende a la concentración bancaria y a las crisis recurrentes.
En segundo lugar, la opción de retirar los apoyos públicos a la banca es atractiva pero imposible: habría que estar preparado para dejar caer la banca y no lo estamos; entre otras cosas, porque no tenemos ninguna solución diferente al modelo financiero actual: el modelo basado en la creación de dinero por parte del sistema bancario mediante el mecanismo de reserva fraccionaria. ¿Cómo afrontar un pánico bancario con un sector donde casi el 60% de los activos están colocados en 5 entidades? Sin un modelo diferente de banca ya funcionando, parece difícil. Primero hay que dejar crecer un modelo financiero diferente y entonces la sociedad no necesitará rescatar ni subvencionar al que tenemos en la actualidad, pues no dependeremos de él.
Estos graves problemas estructurales exigen solución, pero además tenemos esta otra cuestión: Cómo competir por el capital, que es justo la clave del problema.
Efectivamente, el actual marco institucional (en el que el sistema monetario y financiero es una pieza esencial) nos impone la competencia por el capital. Los países se ven así obligados a competir con otros países para atraer actividad económica, y en esa competencia se utiliza el dumping fiscal, o sea, cobrar menos impuestos a las empresas por establecerse en tu territorio que la hacienda pública del país de al lado. Esto dificulta la subida de los impuestos a las rentas altas, lo cual deja a los gobiernos sin recursos.
 
Mejor no cometer los errores típicos
La obligación de competir por el capital es una realidad innegable dentro del marco institucional actual. La postura clásica de la izquierda ante ella ha sido 1: típicamente actúan como si la obligación de competir por el capital no existiera y 2: no hacen nada para liberarse de ella. Esta combinación es una receta para el fracaso y da como resultado la izquierda testimonial y fracasada a la que, en cuanto sube al poder, le empiezan a subir las cifras de paro, la inflación y el déficit público. Amparados en el consuelo de que Marx no lo concibió, siguen sin tomar en serio la profunda naturaleza disruptiva del dinero fiat no referenciado y combinado con un recurso masivo al dinero-crédito, del que se nutre principalmente nuestro sistema monetario y financiero hoy día: un dinero digital, que habita en los balances de los bancos y surge, principal, pero no únicamente, al otorgar crédito. Un sistema monetario basado únicamente en este tipo de dinero fue inconcebible no solo para Marx, sino también para su principal seguidor en lo que al estudio del capital financiero se refiere: R. Hilferding, cuyos importantes aciertos predictivos en su obra magna “El Capital Financiero” hubieran sido mucho mayores si no hubiese descartado por imposible el tipo de sistema monetario y financiero que tenemos hoy.
Frente a esta postura de la izquierda clásica, está la de una izquierda pujante que sí está funcionando: por ejemplo, la del gobierno de Uruguay, que sigue dos estrategias complementarias : por un lado, aceptar el reto de competir por el capital, que a corto plazo es ineludible. Uruguay se ha esforzado en incentivar la inversión extranjera para poder recaudar impuestos y después llevar a cabo una redistribución de la renta. Por otro lado, está tomando medidas para liberarse del marco institucional que le obliga a competir por el capital, en concreto, poniendo en marcha una moneda social (el gobierno de Uruguay lleva 3 años trabajando en este proyecto que todavía no ha visto la luz).
Esta obligación de competir por el capital es la traducción inevitable de la sumisión política de los gobiernos ante el capital financiero. Una obligación derivada de aceptar, de forma implícita, un modelo monetario y financiero en el que siempre hay más deuda que dinero para pagarla, porque precisamente son los bancos quienes crean el dinero como contrapartida de un reconocimiento de deuda con interés. Desde un punto de vista democrático, esta sumisión no se sostiene. Solo se sostiene porque se considera ineludible, como si fuera la fuerza de la gravedad o algo parecido, mientras que la realidad es que procede del diseño del sistema monetario: lo menos democrático que existe en nuestro marco institucional, algo que jamás ha sido sometido a votación popular ni a cuestionamiento alguno. Mientras no se tomen medidas para el cambio institucional necesario que permita liberarse de esa obligación de competir por el capital, esa situación de sometimiento al capital financiero no cesará y los países, así como las empresas, y todos los seres humanos en general, seguiremos viéndonos obligados a competir por el capital para que nos salgan las cuentas.

El Banco de Inglaterra lo admite: el dinero es solo un reconocimiento de deuda y los bancos se están forrando.

“La verdad al descubierto: el dinero es sólo un reconocimiento de deuda y los bancos se están forrando. La honestidad British banknotes – moneydel Banco de Inglaterra lanza por la ventana las bases teóricas de la austeridad.” Así comienza un artículo de David Graeber publicado hoy, 18 de marzo de 2014, en el periódico británico The Guardian, en el que se comenta el artículo publicado por el Banco de Inglaterra titulado: La creación monetaria en la economía moderna. El artículo del Banco Central se resume en tres puntos que lo encabezan y son:

  • En este artículo se explica cómo la mayor parte del dinero en la economía moderna se crea por parte de los bancos comerciales al otorgar préstamos.
  • La creación de dinero en la práctica difiere de algunas falsas ideas muy extendidas – Los bancos no actúan simplemente como intermediarios, prestando los depósitos que los ahorradores colocan en ellos, ni tampoco “multiplican” el dinero del banco central para crear nuevos préstamos y depósitos.
  • La cantidad de dinero creado de la economía depende en última instancia de la política monetaria del Banco Central. En tiempos normales, esto se lleva a cabo mediante el establecimiento de las tasas de interés. El Banco Central puede también afectan la cantidad de dinero directamente a través de la compra de activos o “flexibilización cuantitativa”.

Igual que en mi ultimo artículo, no estamos ante nada nuevo. Numerosos pensadores independientes como la recién fallecida Margrit Kennedy, Bernard Lietaer, Ellen Brown o Thomas Greco llevan décadas denunciándolo. En general, cualquier persona involucrada en el campo de las monedas sociales o complementarias lo tiene meridiánamente claro. Además, recientemente otras voces bastante poco “alternativas” lo han señalado también, como los economistas del FMI Michael Kumhof y Jaromir Benes en su El Plan Chicago revisado de 2012 y 2013.
La novedad es que lo admita el Banco de Inglaterra. El articulista del comentario en The Guardian, el antropólogo David Graeber, autor del interesantísimo libro “La deuda, los primeros 5.000 años“, se pregunta y él mismo se contesta:

¿Por qué el Banco de Inglaterra de pronto admite todo esto? Bien, una razón posible es que es obviamente cierto. El trabajo del Banco es gestionar el sistema, y en los últimos tiempos, el sistema no ha estado funcionando especialmente bien. Es posible que se decidiera que mantener la fantasiosa versión de la teoría económica oficial, que ha demostrado ser muy conveniente para los ricos, es simplemente un lujo que ya no puede permitirse.

Probablemente David Graeber se queda corto al valorar las consecuentas de esta admisión. Esto no solo lanza por la ventana la base teórica de las políticas de austeridad, sino los mismos pilares fundacionales de los modelos económicos actuales, como la neutralidad del dinero, o incluso su misma naturaleza, pues la consideración de que el dinero es una mercancía es lo que justifica que se trafique en un mercado. No olvidemos que el interés, en la teoría económica actual, se asienta sobre la preferencia temporal del dinero hoy frente al dinero en el futuro, una justificación ligada completamente a la supuesta escasez del dinero, por su calidad de mercancía. El hecho de que la verdadera naturaleza del dinero en la actualidad sea un reconocimiento de deuda significa que la asignación del crédito con el que se crea el dinero puede ser un mecanismo suficiente de asignación de recursos y los mercados de capitales no tienen razón de ser.
Dentro de nada, con un poco de suerte, alguien en alguna de estas importantes instituciones hará una sencilla operación aritmética y se dará cuenta de lo que significa que la mayor parte del dinero en la economía se cree como un préstamo con interés: entonces se reconocerá oficialmente que esta forma de creación monetaria, el crédito con interés, es el verdadero motor que impone el crecimiento económico y causa las crisis financieras cuando el crecimiento no llega.