Fernandez Ordoñez, ex-gobernador del Banco de España, más conocido como MAFO, interviene en la comisión de investigación sobre la crisis financiera en el . Empieza haciendo un resumen de la crisis. Reconoce el error de haber dejado que se formara la burbuja en primer lugar, reconoce la falta de herramientas en el Banco de España para atajar una crisis como la que sufrimos a partir de 2008, lo cual agrava el hecho de haber dejado que se formara la burbuja. Reconoce que la falta de integración fiscal de la zona euro es muy mala base para la moneda común, que ahora se ve claro que los reguladores debieron actuar de otra forma pero que no vieron venir la gravedad de el problema que se estaba formando. Nada de lo anterior es especialmente original. Lo más significativo de esta intervención son dos cosas. La primera es que MAFO piensa que a pesar de todas las medidas tomadas, el riesgo de volver a tener crisis bancarias es muy alto (minuto 27), algo en lo que estamos de acuerdo. Lo segundo es que anuncia que se deberían empezar a pensar en un cambio en el sistema monetario según el cual el público podría tener depósitos en el banco central (minuto 32).
Miguel Angel Fernández Ordóñez en el Congreso de los Diputados declarando ante la comisión de investigación sobre la crisis financiera
¿Cómo evitar las crisis?
Lo que no explica MAFO es que las crisis bancarias pueden volver a producirse porque sigue siendo posible que se formen burbujas especulativas, y que la manera de que no se produzcan crisis bancarias es evitar que se formen burbujas especulativas. Así de simple. El desacuerdo, o el posible debate, está en cómo se puede hacer esto. Y aquí es donde este ex-servidor público aventura la hipótesis de elevar los requerimientos de capital para las entidades de crédito. En esencia, esto hará (ya se han implementado medidas de este tipo en la nueva regulación bancaria internacional, conocida por Basilea III) que en el futuro quien tenga más capital pueda dar más crédito que quien tenga menos capital, una política regulatoria de “talla única” que ha sido denunciada por las cooperativas de crédito, único sector de crédito que no necesitó rescate durante la crisis. Más valdría exigir más capital al crédito especulativo y menos al crédito a la economía real y productiva, pero esta posibilidad no se ha tenido en cuenta en ningún momento.
Innovación monetaria
MAFO considera que estos requerimientos mínimos de capital aún deberían elevarse más, algo que además de perjudicar a las cooperativas de crédito, no dejaría ninguna oportunidad a formas alternativas de creación monetaria en base al crédito. Y con esto pasamos al tema de las innovaciones monetarias. Se agradece que MAFO abra por fin un debate muy pertinente ya que los bancos crean el 97% del dinero en circulación. El movimiento para la reforma monetaria tiene cada vez más fuerza, en vista de cómo han usado los bancos comerciales su prerrogativa de crear el dinero. Gracias a ello, cada vez son más numerosos los seguidores del Movimiento Internacional para la Reforma Monetaria (IMMR según sus siglas en inglés) y las experiencias de monedas sociales, complementarias o ciudadanas, y en criptomonedas como el bitcoin. Este es un debate que en el caso de Reino Unido se inició hace tres años con el debate parlamentario denominado “Money and Society” del cual hice un comentario en su momento al cual enlazo. La posibilidad de que el banco central cree el dinero, en lugar de que lo hagan los bancos comerciales, como ocurre en la actualidad, nos llevaría a una situación en la que los ciudadanos tendrían depósitos directamente en el banco central (en forma de moneda digital, quizá aprovechando algún derivado de la tecnología de cadena de bloque), y solo depositarían el dinero en los bancos comerciales si desearan obtener un interés por él. Existen numerosos interrogantes respecto a cómo funcionaría la economía en este contexto, y nos parece muy interesante que tal debate exista, no solo para analizar esta opción, sino otras opciones también disponibles, como por ejemplo, seguir creando el dinero en base al crédito pero con otros condicionantes y mecanismos que permitan un funcionamiento adecuado del sistema económico, con sus condicionantes actuales, y una democracia económica más efectiva. Antes de llevar a cabo un cambio de este calado, es imprescindible probar distintas opciones en diversos proyectos piloto que permitan la evaluación de pros y contras en cada caso. Otro componente imprescindible en este debate público, sería que la ciudadanía tuviera una mínima formación respecto a cómo se crea el dinero, para que el debate público que se genere permita a la ciudadanía tomar una posición al respecto que se articularía, como suele ocurrir en democracia, por parte de las diversas opciones políticas.